El proceso de liquidación de la promotora Olga Urbana y la venta por subasta de uno de sus mayores activos, el «coloso» InTempo de Benidorm, tiene ya sobre la mesa las primeras ofertas. Al menos dos grupos inversores habrían mostrado su interés en pujar por el edificio residencial más alto de España y están en proceso de formalizar o ya han formalizado ante el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante, que instruye el concurso de acreedores a instancias del «banco malo», sus ofertas para adjudicarse el inmueble.
Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, la primera de estas ofertas se presentó ante el juzgado el pasado 4 de mayo, fecha en la que vencía el primer plazo para la presentación de proposiciones. Al parecer, la misma ascendería a 47 millones de euros, una cantidad muy a la baja teniendo en cuenta que la tasación que se realizó en su día del edificio alcanza los 90 millones y la deuda global de Olga Urbana superaría los 140. En cualquier caso, la sociedad interesada ya habría depositado, incluso, el aval requerido en el plan de subasta acordado por el magistrado Leandro Blanco, que se fijó en el 1% del valor total del inmueble. O, dicho de otra manera, en torno a los 900.000 euros.
Por otro lado, la puja realizada por el segundo grupo interesado en adquirir este rascacielos se incrementaría hasta los 58,5 millones de euros y provendría de un fondo de inversión con domicilio social en Madrid, creado ex profeso para participar en esta inversión, como explicaron fuentes conocedoras del proceso. Ahora bien, las mismas fuentes indicaron que, hasta la fecha, esta propuesta todavía no se ha formalizado ante el órgano judicial correspondiente, que es quien ahora debería estudiar su viabilidad y decidir si admite o no su participación en la subasta.
De hecho, consultada por estos hechos, fuentes de la administración concursal, en manos de la letrada Antonia Magdaleno, sólo pudo ratificar ayer la existencia una única propuesta, la formalizada el 4 de mayo.
Proceso de liquidación
El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante aprobó el pasado 4 de diciembre el proceso de liquidación de la constructora Olga Urbana, una de las promotoras de la comarca que tomó auge durante el boom del ladrillo y que acabó en la quiebra y sin poder finalizar este edificio, uno de los «sueños» de su fundador, el ya fallecido José Ignacio de la Serna.
En este plan de liquidación se optó por la venta del InTempo en su conjunto y no de manera fraccionada, es decir, en viviendas sueltas, al considerar que esta última opción dificultaría enormemente la finalización del proceso. Entre otros asuntos, el plan establecía dos fases para la venta del edificio: la venta directa, para la cual se estableció un plazo de siete meses para su ejecución a partir del 4 de enero; uno inicial de cuatro, que venció el pasado 4 de mayo, y una prórroga por un máximo de otros tres. La segunda fase preveía que, en el caso de que no se hubieran presentado ofertas viables para ejecutar la venta, la operación quedaría en manos de una entidad especializada.
La opción de la Sareb
El juez además introdujo en el plan de liquidación la posibilidad de mejora por parte del acreedor privilegiado, que en este proceso se corresponde con la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), también conocida en el argot financiero como el «banco malo». Con esta estipulación, la Sareb podría presentar, en un plazo de diez días desde la notificación por parte del juez, su propia oferta para adjudicarse el inmueble si el proceso culminara sin ofertas reales sobre la mesa o si éstas no llegasen, al menos, a un 70% del precio de la tasación.
Para el caso concreto del InTempo, la cuantía necesaria sería de 63 millones de euros, un volumen que, por el momento, no cubriría ninguna de las dos sociedades que se habrían interesado por adquirir el rascacielos.
Fuentes de la Sareb no quisieron avanzar ayer si la entidad financiera participará finalmente en la puja para recuperar, mediante una venta a posteriori, parte del crédito de 93 millones que «heredó» de la extinta Caixa Galicia a Olga Urbana para construir el inmueble. Estas fuentes, no obstante, sí reconocieron que la posibilidad de que se pudieran adjudicar el inmueble está sobre la mesa.
La obra, aún por finalizar
Mientras se dirime este proceso, una de las cuestiones que sí están claras es que quien se queden finalmente con el InTempo tendrá, además, que terminar la obra. La construcción, que se inició en el año 2006 y ha sufrido varias paralizaciones. La última y definitiva hace más de un año, tiene por ejecutar todavía en torno a un 5% del proyecto, principalmente en lo referente a la urbanización de los accesos, jardines y exterior del complejo.